Andaba pensando en los meses de alquiler que debo cuando vi una pintada. Decía ESTE MURO ES MÍO. Me pareció un buen microrrelato.
El hombre limpia la piscina. No es suya, es de los que viven en este edificio de una zona rica de la ciudad. Pero el hombre procura no pensar demasiado en ello. Se limita a hundir el recogehojas y distraerse observando los reflejos del sol en el agua azul caribe. En uno de los mete-saca rescata una mariquita. Aún mueve las patas. Lo más digno que he hecho en mi vida es salvar la tuya, le dice al insecto justo antes de comérselo.
-Buenos días.
-Y una mierda.
Trabajando la felicidad…
Un buen final.